La Persona Más Difícil de Perdonar
/Hace un tiempo, tuve algunas interacciones con un par de personas que no eran muy agradables. Ellos querían iniciar un negocio, pero al consultar la opinión de personas en las que yo confío, me di cuenta de que no me estaban tratando justamente.
Por ello, decidí poner fin a la relación. Pero me tomó un tiempo pasar la página mentalmente. Yo había terminado la relación física con ellos, pero mentalmente todavía estaba muy involucrada. Me dolía no haber sido tratada con justicia.
Mi dolor regresaba de forma aleatoria. En mi meditación de las mañanas. En el gimnasio. En el supermercado. Mientras veía un programa de televisión.
Seguía repitiendo diferentes escenarios en mi mente, deseando haber hecho las cosas de una manera distinta en determinadas situaciones. “Quizás si hubiese sido más inteligente, o menos ingenua, las cosas hubiesen sido distintas”. Hablaba sobre el tema con los que me rodeaban, hasta el punto de agotar a mi pobre esposo con mi análisis.
Para ser honesta, ni siquiera yo podía entender qué era lo que quería hacer aferrándome mentalmente a esa situación. ¿Deseaba desahogar mi dolor con una persona que me brindara apoyo y me escuchara? Bueno, eso hice, pero no parecía ser la solución. ¿Estaba buscando rectificar la situación en mi mente, repasando infinitamente decisiones importantes, y concibiendo mejores acciones que pude haber tomado? Eso parecía más cercano a lo que yo quería, pero no totalmente.
Mucha gente definela acción de perdonar como lo que ocurre cuando se decide no querer cambiar el pasado más. Repasar acciones en mi mente y cambiar una y otra vez las decisiones que yo había tomado era una señal de que un gran perdón tenía que suceder. Una vez perdonara, podría aceptar lo que había ocurrido en el pasado y renunciar a intentar cambiarlo. Podría aceptar el comportamiento de esas personas sin querer regresar al pasado para cambiarlo (aunque eso no significa que yo deba aceptar a estas personas en mi vida ahora).
Así que ciertamente se necesitaba perdón. Pasé bastante tiempo decidiendo perdonar a la otra parte, pero eso no parecía ser todo. Y entonces, un día durante mi meditación, me di cuenta de lo que sucedía. Yo había perdonado a aquellos con los que había lidiado, pero no me había perdonado a mí misma.
Seguía repitiendo escenas en mi mente deseando haber hecho las cosas de manera distinta. Seguía castigándome yo misma por haber sido tan “ingenua” y “crédula”. Seguía queriendo regresar al pasado con el conocimiento que tengo hoy, deseando haber hecho las cosas diferentes. Y luego me di cuenta de que muchas veces la persona más difícil de perdonar somos nosotros mismos.
Con frecuencia tenemos que perdonarnos nosotros mismos por:
- Intelectualmente no tener la información requerida para tomar mejores decisiones y…
- Emocionalmente no tener la capacidad de tomar mejores decisiones a pesar de tener todo el conocimiento e información requeridos.
Perdonarnos a nosotros mismos por no tener determinada capacidad emocional es lo más difícil.
A menudo he sido dura conmigo misma por no tener la información suficiente para tomar mejores decisiones (la parte intelectual). Una vez que obtuve la información, seguía repitiendo el pasado en mi cabeza, imaginando mucho mejores resultados. Pero hace poco me di cuenta de que también estamos limitados por lo que podemos hacer emocionalmente, y por nuestra capacidad emocional de crecer con el tiempo y la experiencia. Muy raramente se puede dar un salto adelante aquí.
A menudo escucho el consejo de Maya Angelou “Cuánto más sabes, mejor lo haces” y no fue sino hasta que confronté esta situación en la vida real que pude adentrarme en él. Tal vez fui ingenua. Tal vez fui crédula. Esa era mi capacidad emocional en ese entonces y ahora es diferente. No pude tomar una mejor decisión en ese momento con la capacidad que tengo ahora, porque eso está en el pasado y ahora es ahora. Oprah tiene un excelente video en donde habla de esta gran lección de Maya Angelou. Adelanten hasta el minuto 1 con 52 segundos (1:52) https://www.youtube.com/watch?v=fx447ShQLeE y la verán hablando de este maravilloso consejo.
¿Entonces qué te puede ayudar a perdonar a la persona más difícil de perdonar?
El entender que “Cuánto más sabes, mejor lo haces”. Que en esa situación del pasado, tú simplemente no sabías lo suficiente y que no había manera de que supieras lo suficiente. Las leyes de la naturaleza, de la sociedad, de lo que sea, habían mantenido tu capacidad intelectual, y aún más importante, tu capacidad emocional en el nivel en que había estado. Pedirle a esa persona que eras en el pasado hacer las cosas de manera diferente, equivale a pedirle a un bebé de un mes de edad que toque una pieza de Mozart
Sentí el perdón, hacia los demás y especialmente hacia mí misma, casi de inmediato.
Espero que este artículo te haya sido útil.
¿Conoces a alguien que se beneficiaría de perdonarse a sí mismo? Comparte este artículo con ellos, o compártelo con tus amigos y familiares para que ellos también puedan empezar a crear la vida que quieren vivir. Como siempre, deja un comentario o pregunta a continuación. Me encantaría saber de ti.
Judith