¿Estas cansada? Haz esto

Recientemente me empecé a sentir cansada. El mes de febrero fue intenso. Fue el primer mes en el que regresé a trabajar a tiempo completo y tenía un varoncito de dos meses en casa. La estaba pasando muy bien entendiendo cómo estaban encajando las piezas del rompecabezas, aun así, me encontraba bien cansada al final de cada día. Eventualmente me di cuenta de que estaba permitiendo que mi cansancio se acumulara, y si no abordaba el problema, se iba a convertir en una carga.

Pero este es el quid de la cuestión…Todos vamos a sentir cansancio. Es una pieza fundamental de la experiencia humana. ¿Podemos en realidad vivir sin sentirnos nunca cansados? Imposible. El temor a sentir incomodidad es lo que nos lleva a vivir una vida muy limitada. Podemos estructurar nuestras vidas para sentir la menor incomodidad posible, pero eso no nos permitirá asumir proyectos emocionantes, tener experiencias gratificantes y, esencialmente, realizar nuestros sueños y dar un paso en dirección a nuestra grandeza. Ese tipo de vida me causa mucha tristeza. 

Entonces, ¿qué podemos hacer? Relaciónate con el cansancio y contigo mismo. En vez de sentir pánico cada vez que te sientas cansado, salúdalo y decide qué hacer con él. “Hola cansancio, ¿qué voy a hacer contigo?”. Cuando respondo esa pregunta con “ignorarte, pasarte por encima, hacerte doblar hasta que te rindas” se puede volver algo riesgoso.

Así que esto es lo que hice para ponerme en una buena posición en la cual pudiera rendir (y sobresalir). Espero que sea de utilidad para ti:

  • Espéralo. Cuando no esperamos sentir incomodidad, nos toma por sorpresa. La resentimos. Y el resentimiento conduce al agotamiento (escribiré más sobre esto en próximos artículos).
  • Aclara el panorama. Con frecuencia, las cosas son un momento en el tiempo. Mi esposo me dio el mejor consejo: “Estás aprendiendo a ser mamá mientras construyes lo que quieres crear”. Bingo. Esto es nuevo: nunca lo había hecho antes. Estoy aprendiendo. Hay una curva de aprendizaje. Las cosas mejorarán con el tiempo. Esto también pasará. 
  • Sé realista: Deja de querer huir a una isla desierta. Queremos renunciar a nuestros trabajos y no trabajar NUNCA más. Luego nos deprimimos porque no podemos dejar de trabajar (tener una vivienda y qué comer es agradable) lo que hace que nos sintamos aún más cansados. Creemos que todo tiene que cambiar drásticamente para poder sentir alivio, cuando en realidad lo que necesitamos es solamente un respiro. 
  • Toma un respiro cada día. Esto es el pequeño tesoro. Es posible que creas que es imposible dadas todas las exigencias que tienes en tu cotidianeidad, pero si quieres rendir consistentemente en el maratón de la vida, adopta este consejo. Haz algo cada día que te aporte energía y que se sienta reparador. Lo que me ayudó a recuperarme de mi cansancio fueron los pequeños pasos que empecé a dar diariamente (licuar col rizada y jengibre para hacer mi jugo verde favorito, la clase de yoga de 30 minutos que hago con mi iPad, los 20 minutos adicionales de meditación en las noches).

Si no puedes sacar 20 minutos de tu día para invertirlos en ti mismo, te invito a reflexionar qué otros problemas subyacentes pueden haber.  Ahora mismo, quiero que identifiques una cosa que harás hoy que sea reparadora para ti. Ahora mismo, piensa en algo. Ahora mismo. Y luego hazlo.

Toma un respiro cada día, únelos, y crea una vida sostenible llena de pequeños respiros… todos juntos constituirán el gran respiro que tanto deseamos. 

Me encantaría saber de ti, así que por favor deja un comentario o una pregunta a continuación. Si has disfrutado este artículo, me sentiría honrada de que lo compartieras con amigos, familia y comunidad.

Abrazos,


Judith