Cómo encontrar paz interna esta Semana Santa
/Ya se aproximan la Semana Santa y la Pascua. Para algunos, este es un momento especial e importante del año. Para otros, es posible que no lo sea y no lo celebren. Yo entiendo ambos puntos de vista, ya que soy una mujer dominicana criada en el catolicismo, que está casada con un hombre hindú criado en el hinduismo.
Independientemente de las fiestas espirituales que celebres, ¿alguna vez has escogido intencionalmente qué impacto te gustaría que estas festividades tuvieran en tu vida? Algunas veces participamos por pura obligación o rutina. A menudo, decidimos no participar porque los feriados están llenos de ceremonias con las cuales no sentimos una conexión.
¿Qué tal si tomamos la próxima semana como una oportunidad de evaluar nuestro estado interior? ¿Qué tal si decidimos usar esta semana para plantar las semillas que cultivarán más paz y felicidad en nuestras vidas durante el resto del año? Para mí, la próxima semana será una oportunidad de fortalecer la paz interior que me permitirá vivir con más fe.
Todos tenemos nuestra propia relación singular con la fe. Para muchos, la fe representa la capacidad de confiar en que lo que vendrá será para un bien mayor. La fe está formada de varios componentes, tales como la convicción de que existe un poder superior que nos ayudará, que el resultado será lo mejor para todos, entre muchos otros.
Un componente importante de la fe es el “periodo de espera” entre el presente y el futuro.
Me refiero a esos momentos cuando alguien te dice “ten fe”, después de que le has contado algún asunto que te está perturbando. O quizás has sido tú mismo el que le ha dicho estas palabras esperanzadoras a un amigo, “ten fe”, cuando ellos han estado sufriendo. “Ten fe” puede ser nuestro primer recurso, antes de disponernos a tomar medidas en nuestras vidas para mejorar nuestra situación actual, y el último recurso, cuando nos damos cuenta de que simplemente no hay nada más que hacer.
“Tener fe” significa “esperar”. Pero a veces, nuestra manera de “esperar” contradice nuestras creencias. A veces, nuestra manera de esperar no representa nuestra fe. Esperamos con ansiedad. Esperamos deprimidos. Esperamos de mal humor, siendo ásperos y duros con los que nos rodean. Perdemos los estribos y nos privamos del amor. “Esperamos” pensando en el pasado y en el futuro, y decidiendo no vivir en el presente. Nos inquietamos por acciones que pudimos haber tomado, o nos imaginamos con angustia el futuro que está por venir.
¿Cómo podemos decir que tenemos fe y aun así esperar con tantas dudas y miedos?
Pero no seamos tan duros con nosotros mismos. La realidad es que no es nuestra intención esperar así. A muchos de nosotros nunca se nos ha enseñado CÓMO esperar.
Mi capacidad de “esperar” con más paz, calma y tranquilidad ha aumentado dramáticamente a través de los años, y puedo darle el crédito de ello a una actividad que ha tenido el mayor impacto para mí: La meditación.
La meditación me ha enseñado a esperar mejor, porque lo que hago es meditar mientras espero.
La meditación me ha enseñado a “esperar” con menos dudas, nerviosismo y negatividad.
La meditación me ha ayudado a “esperar” mientras vivo en el momento presente, y menos en el pasado y en el futuro.
Lo más importante es que la meditación me ha permitido “esperar” mientras vivo en la fe.
¿Qué es la meditación?
¿Qué es la meditación? Primero aclaremos qué no es.
La meditación no es una religión, ni tampoco tiene que ser religiosa. Es simplemente una práctica mental que nos permite vivir en el momento presente (no en el pasado, tampoco en el futuro) creando una mayor conciencia propia.
Un concepto erróneo sobre la meditación es que cuando la estás haciendo, tu mente debería quedar completamente en blanco y que no deberían existir ni pensamientos ni sentimientos dentro de ti. Esto no es correcto. Cuando alcanzamos una mayor autoconciencia, en realidad empezamos a darnos cuenta de cuántos pensamientos y sentimientos tenemos en nuestro interior, los cuales hemos estado ignorando. Esa comprensión puede llevarnos a descubrir muchas emociones y sentimientos que no sabíamos que habitaban dentro de nosotros, los cuales afectan nuestro comportamiento.
Me encanta esta definición de uno de mis primeros maestros de meditación, Jack Kornfield:
“La meditación cobra vida a través de una creciente capacidad de desenredar el enmarañamiento habitual de nuestras historias y planes, los conflictos y las preocupaciones que conforman el sentido pequeño del ser, y descansar en la conciencia. En la meditación lo hacemos simplemente reconociendo las condiciones que pueden cambiar de un momento al otro – el placer y el dolor, el elogio y la culpabilidad, la letanía de ideas y expectativas que surgen. Sin identificarnos con ellas, podemos descansar en la misma conciencia, independientemente de las condiciones, y experimentar una natural ligereza del corazón. Desarrollar esta capacidad de descansar en la conciencia promueve la concentración, la cual estabiliza y aclara la mente, y la sabiduría, que ve las cosas tal como son”. Jack Kornfield
¿No suena increíble lo anterior? La práctica de la meditación nos permite vivir el momento presente, y de ese modo “nos libera de los enmarañamientos, conflictos y preocupaciones” que nos causan tanto sufrimiento. Con la meditación experimentamos una “natural ligereza del corazón” mientras que la práctica “promueve nuestra concentración y sabiduría”.
Y meditamos “simplemente reconociendo nuestras condiciones que pueden cambiar de un momento al otro, el placer y el dolor, el elogio y la culpabilidad, la letanía de ideas y expectativas que surgen en nuestras mentes” (en un momento leerás más sobre cómo meditar)
Yo he estado meditando por más de doce años, y esta es una de las mejores explicaciones que he escuchado.
Hay muchos tipos distintos de meditación. Decir que tú meditas es como decir “yo hago deporte” … Eso es genial, pero ¿qué tipo de deporte? ¿Tenis? ¿Béisbol? ¿Fútbol? Sucede lo mismo con la meditación. Estos son solos algunos de los tipos de meditaciones que existen, y todos los que yo practico hoy en día o he practicado en el pasado:
- Vipassana
- Trascendental
- Atención plena
- Metta
- Visualizaciones guiadas
- Zen
- Kundalini
Los beneficios de la meditación
Los beneficios de la meditación son increíbles. Lo que es aún más increíble es que la ciencia ha comenzado a probar muchos de esos beneficios. Estos son solo algunos de ellos:
- Mejora la función inmune
- Reduce el dolor
- Reduce la inflamación a nivel celular
- Aumenta las emociones positivas
- Reduce la depresión
- Reduce la ansiedad
- Reduce el estrés
- Aumenta la conexión social e inteligencia emocional
- Te hace más compasivo
- Te hace sentir menos solo
- Mejora tu capacidad de regular tus emociones
- Mejora tu capacidad de hacer introspección
- Aumenta la materia gris
- Aumenta el volumen en áreas relacionadas con la regulación de emociones, emociones positivas y autocontrol
- Aumenta el grosor cortical en áreas relacionadas con la capacidad de prestar atención
- Aumenta tu concentración y atención
- Aumenta tu capacidad de realizar varias tareas a la vez
- Mejora tu memoria
- Mejora tu capacidad de ser creativo y pensar con originalidad
Yo personalmente he experimentado muchos de los beneficios de la meditación. Específicamente, estos son solo algunos ejemplos de cómo la meditación ha mejorado mi vida:
- Me estreso menos
- Tengo más tiempo
- Luzco mejor
- No me resfrío tanto como antes
- Se me hace más fácil dar amor
Cómo meditar
Estos son los cinco pasos que te permitirán hacer una meditación de atención plena sencilla. Yo recurro a esta meditación con frecuencia, ya que me estabiliza y crea una increíble sensación de paz en mí.
- Encuentra un asiento cómodo. Puedes sentarte en una silla, en un sillón, sobre una cama, en tu automóvil… realmente puede ser en cualquier lugar que sea tranquilo por unos minutos. El objetivo es estar cómodo pero con un sentido de dignidad por ti mismo y de honor hacia el tiempo que estás dedicando para practicar la meditación. Por lo general yo me siento sobre un cojín, aunque a menudo me siento en una silla. En cualquier sitio en que decida sentarme, me aseguro de hacerlo con un sentido de dignidad y honor. Me siento en posición vertical, aunque me aseguro de no estar demasiado rígida ni de poner demasiada presión sobre mi espalda baja. Me siento con dignidad y con un sentimiento de querer prestar atención a lo que está a punto de comenzar. Si no puedes sentarte, acuéstate… ¡solo vas a tener que concentrarte un poquito más para no quedarte dormido!
- Cierra los ojos y empieza a encontrar tu respiración. Si tienes experiencia con la meditación y te gustaría mantener tus ojos abiertos, o semi-abiertos, hazlo. Para encontrar tu respiración, empieza respirando profundamente tres veces. Cuando hayas terminado de hacer estas respiraciones profundas, permite que tu respiración vuelva a su ritmo natural. Después de esto, detecta cuándo “sientes” más tu respiración. ¿Es en el punto de entrada, en tu nariz? ¿O es en tu cuerpo, a nivel de tu pecho o estómago mientras la respiración se asienta dentro de ti? Yo siento más mi respiración en mi nariz, aunque sé que muchos sienten más su respiración en sus pechos o estómagos. Cuando comencé a meditar, me costó “encontrar” mi respiración y “sentirla”. Entonces, una de las cosas que hice para ayudarme al principio fue percibir cómo se sentía el aire entrando por mis fosas nasales. ¿Era frío? ¿Era cálido? ¿Estaba lleno de humedad? ¿O era seco? Yo inhalaba y exhalaba a mi ritmo normal mientras trataba de enfocarme en el aire que se convertía en mi respiración y en cómo se sentía.
- Concéntrate en tu respiración. A través de la meditación, queremos crear una mayor conciencia propia. Lo hacemos teniendo un solo foco (en este caso, nuestra respiración) para que podamos empezar a observar lo que hay dentro de nosotros. Lo que debes hacer en este paso es concentrarte en tu respiración. El hacerlo te ayudará a observar y calmar muchas de las distracciones que tienes dentro (muchos maestros de meditación califican estas distracciones como Mente Inquieta). Cuando yo empecé a meditar, este paso también se me hizo difícil. Me ayudé a mí misma aumentando el nivel de concentración en mi respiración. Intentaba ver si podía oler hasta la más mínima esencia en el aire. Repetía la palabra “adentro” cuando inhalaba y “afuera” cuando exhalaba. Aprendí de un maestro a contar hasta diez, y luego empezar de nuevo desde el uno hasta el diez. Incluso incorporé un poquito de agradecimiento en mi meditación. Cuando sentía mi respiración, expresaba agradecimiento por ella: “Mi respiración, lo único que tengo. Mi leal compañera. Mi leal colaboradora. Siempre está conmigo, incluso cuando no me doy cuenta. Aquí está, y estoy agradecida”. Después, yo seguía sintiendo mi respiración mientras entraba, cuando se asentaba dentro de mí por un corto periodo de tiempo, y cuando salía.
- Acepta que surgirán pensamientos y sentimientos. Esto ocurrirá. Le sucede a todo el mundo. Un terrible concepto equivocado que hay sobre la meditación es que no experimentamos pensamientos ni sentimientos mientras meditamos. ¡Eso es incorrecto! Tan incorrecto, que los maestros de meditación han contado historias de estudiantes de meditación experimentados que se les han acercado, preocupados porque están dando marcha atrás en su práctica. Estos estudiantes expresan que, de pronto, después de un periodo de “paz” interior, están experimentando muchos sentimientos y pensamientos durante sus meditaciones. Los maestros demuestran una gran perspicacia en sus observaciones: Los pensamientos y los sentimientos siempre han estado allí, y ahora que los estudiantes han profundizado su práctica, ellos simplemente se han vuelto más conscientes de ellos. Cuando surjan pensamientos y sentimientos, obsérvalos. Una vez un maestro de meditación me dio este hermoso ejemplo. Piensa en el cielo. Tiene muchas nubes que van y vienen. Algunas de esas nubes tienen lluvia. Algunas de ellas son bastante oscuras. Pero ellas flotarán y eventualmente pasarán de largo. Solo porque el cielo tiene algunas nubes de lluvia pasando, no significa que sea un cielo de lluvia. Es un cielo que está sosteniendo nubes de lluvia, casi como un contenedor. Eventualmente la nube pasará mientras que el cielo seguirá igual. Ocurre lo mismo contigo. Tú no eres tus sentimientos. Tú no eres iracundo, envidioso o vengativo. Eres alguien que experimenta el sentimiento de la ira, así como una nube que flota. Entra en ti y pasa de largo, y tú eres como un contenedor que aloja ese sentimiento que podemos observar mientras pasa de largo. Y eso es lo que debemos hacer. Debemos observar nuestros pensamientos y sentimientos como nubes que pasan de largo. Podemos experimentarlos, pero también debemos soltarlos. Cuando te des cuenta de que estás pensando o perdido en tus sentimientos, no te juzgues. Recuerda que esto le ocurre hasta a los meditadores más expertos. Una de mis maestras de meditación favoritas siempre dice que simplemente “empecemos de nuevo”. Ella describe de manera hermosa el poder sanador de siempre poder empezar de nuevo. Si te encuentras perdido en tus pensamientos… empiezas de nuevo. Si te encuentras enredado en tus sentimientos… empiezas de nuevo. Siempre puede empezar de nuevo. De hecho, quiero que tú mismo te felicites en el momento en que te encuentres a ti mismo pensando o reflexionando (especialmente cuando estás empezando la práctica de meditación). Porque la realidad es que darte cuenta de que te has distraído es un éxito. Significa que has tomado conciencia de que en ese momento no estabas viviendo en el presente. Que estabas pensando ya sea en el pasado o en el futuro. En el momento en que te das cuenta de que estás pensando, te vuelves consciente, consciente del momento presente. Jack Kornfield dio un ejemplo maravilloso que escuché por primera vez hace más de doce años cuando comencé a meditar. Él explicó cómo entrenar tu mente para que se mantenga enfocada en la respiración es igual que entrenar un cachorrito para que se quede quieto. Tú le dices “quietoooo” y él se queda quieto por un momento. Y luego sale corriendo. Y así lo sigues haciendo hasta que él aprende a quedarse quieto. Tú aprenderás a quedarte quieto con tu respiración también.
- Finaliza tu meditación gentilmente. No es raro sentirse un poco desorientado después de meditar. A mí incluso me ha dado dolor de cabeza si la termino abruptamente. Cuando termines tu meditación, tómate uno o dos minutos para orientarte de nuevo en el sitio donde estés. Abre los ojos si los has tenido cerrados y estira tu cuerpo si sientes que lo necesitas. Levántate lentamente y bebe un poco de agua si es necesario.
Medita con audios guiados
¿Preferirías tener audios que te guíen en tu meditación? ¡Yo los tengo para ti!
Quiero invitarte a unirte a mí para meditar cada día de la Semana Santa y en la Pascua. ¡Esto va a ser una experiencia increíble y poderosa!
Estaré ofreciendo una serie de meditaciones durante esta época especial como un regalo para ti y para esta comunidad en JudithDuval.com. Esta serie de meditaciones es para todo el mundo, ya sea que celebren la Semana Santa o no. La serie no tiene nada que ver con la religión y tiene todo que ver con la paz interior. Me emociona acompañarte en este recorrido. Si quieres recibir una serie de audios durante toda la Semana Santa y en la Pascua, solo tienes que (1) añadir mi número +14157416770 y (2) enviarme un mensaje de que me has añadido y te gustaría recibir las meditaciones.
Espero que este artículo te haya servido.
¿Conoces a alguien que se beneficiaría de aprender a “esperar” un poquito mejor? Comparte este artículo con ellos, o compártelo con tus amigos y familiares para que ellos también puedan empezar a crear la vida que quieren vivir. Como siempre, deja un comentario o pregunta a continuación. Me encantaría saber de ti.
Judith